viernes, 13 de febrero de 2009

Música

El papel predominante que España desempeña en el siglo XVI, la vinculación a Flandes, donde había nacido Carlos V y de donde procedían al principio los músicos de su corte, y luego los estrechos contactos con Italia, y la masiva presencia española en el Concilio de Trento, que regula aspectos de la música religiosa, determinan la riqueza objetiva y la importancia capital de la música española del XVI.
La figura más interesante del siglo XVI es Juan del Enzina (1469-1529) creador, junto a piezas de carácter religioso, de importantes villancicos.
El más famoso polifonista español es, sin duda, Tomás Luis de Victoria (1548-1611), músico de Felipe II educado en Roma.
La música barroca española no cuenta con ninguna figura de dimensión universal, pero presenta algunas características singulares. Ante todo su carácter en cierto modo conservador. La polifonía religiosa y la música de órgano son lo fundamental. Durante el siglo XVII se inicia una música teatral distinta a la ópera italiana, que dará nacimiento a la “zarzuela”, género en el que se alterna lo hablado y lo cantado. Las primeras zarzuelas tuvieron textos de Lope, de Calderón de la Barca y de otros grandes dramaturgos. En la música instrumental, el órgano produce algunos de sus más grandes maestros como Correa de Arauxo y Juan Cabanilles. La guitarra, instrumento nacional por excelencia, heredero de la vihuela renacentista, cuenta con un gran maestro, Gaspar Sanz (1640-1710).

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