viernes, 13 de febrero de 2009

Prosa

La narrativa renacentista trató de conciliar lo maravilloso con lo verosímil para lograr lo que se consideraba la función primordial de la literatura: deleitar para instruir.
Los géneros más cultivados fueron:
· La novela bizantina, protagonizada por una pareja de jóvenes enamorados que son separados hasta el final que se unen.
· La novela pastoril, cuyos protagonistas son pastores idealizados que se comportan y hablan como cortesanos.
· La novela de caballerías, que tuvo un extraordinario desarrollo que alcanzó su apogeo entre 1510 y 1560.
· Lazarillo de Tormes, una de las obras más importantes de la literatura española, que inaugura un nuevo subgénero, el de la novela picaresca.
Mención especial merece Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), autor de numerosas novelas ejemplares y de la novela más célebre de la literatura española, Don Quijote de la Mancha. En esta obra, Cervantes parodia la novela de caballerías para criticar este género, que se convierte en ingredienter fundamental del libro.

En el Barroco se cultivaron la prosa narrativa de ficción y la intelectual, ambas con finalidad didáctica y moralizante y, a menudo, tono satírico.
En la prosa narrativa, se practicaron los siguientes géneros:
· La novela picaresca. La vida de Guzmán de Alfarache, obra de Mateo Alemán y la Historia de la vida del buscón de Quevedo son las obras de mayor fama. Estas novelas tratan de la historia de una persona (generalmente un hombre) que cuenta las diversas situaciones por las que transcurre su vida y su dificultad o imposibilidad de ascender socialmente.
· La nova pastoril, en decadencia.
· La novela bizantina.
· La novela corta cortesana.

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